LA BIBLIOTECA IMPERIAL DE CONSTANTINOPLA
La biblioteca Imperial de Constantinopla fue construida
entre 353 d.C y 357 d.C por orden de Constancio II. Constancio ordenó traducir y transcribir en latín y griego numerosas obras de Historia y otros temas de las colecciones de Roma para Constantinopla.
Muchos años después de la destrucción de las grandes
bibliotecas del mundo antiguo, como las bibliotecas de Pérgamo y Alejandría, la
Biblioteca Imperial de Constantinopla conservó valiosos escritos clásicos que
se remontaban en el tiempo a la Antigua Grecia y Roma.
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| Busto de Constancio II |
Constancio II se había percatado del deterioró de los antiguos textos escritos sobre papiros, así que contrató a numerosos escribas para que se encargaran de la dificultosa tarea de copiar los textos de los volúmenes escritos en rollos de papiro a materiales más estables, como por ejemplo en pergamino o vitela. Se cree que el director de los escribanos era Temistio, quien trabajaba directamente a las órdenes de Constancio II.
Algunos historiadores piensan que la Biblioteca Imperial
podría haber albergado hasta 100.000 volúmenes manuscritos, algunos de los
cuales pueden haber venido de la Biblioteca de Alejandría; habiendo sido
conservado después del fuego que lo destruyó.
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| Ilustración de Antoine Helbert |
La historia de la biblioteca Imperial de Constantinopla fue
confusa. Sufrió diversos incendios, destacamos el incendio del 475 d.C en el cual
diversas fuentes han afirmado que la mayoría, si no todos los volúmenes del
interior fueron destruidos a causa del fuego. Sin embargo, otras fuentes
informan que los cuidadores de la biblioteca, Constancio II y Temistio
trabajaron incansablemente para salvar y volver a copiar las obras que se
habrían perdido en los incendios.
A parte de este gran incendio la biblioteca Imperial de Constantinopla sufrió incendios posteriores que provocaron un deterioro aún mayor de la colección a lo largo del milenio en que la biblioteca permaneció en pie. Pero no sólo fue atacada por las llamas si no también sufrió las consecuencias de terremotos y del saqueo de los francos y venencianos a la cuidad en el 1204.
Finalmente con la conquista turco otomana en el 1453 la Biblioteca desaparece físicamente, muchos de sus volúmenes se perdieron, otros tantos fueron destruidos y otros se salvaron gracias a los humanistas helenos e italianos.
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